8.1.13

ME COSO LA BOCA. Soupe à l'oignon: ¡por fin!

Un buen título para un post después de comilonas y más comilonas navideñas, ¿verdad?

Dolores Huerta
Huelga de hambre.
Efectivamente, he perdido el derecho a comer dulces pasteles y demás alimetos engordantes hasta que pierda los kilos deseados. ¿Qué pasará con el blog? No worries, todo lo dulce lo haré en pequeñas cantidades y lo regalaré como obsequio a personas por las que sienta algo de afecto (como el portero o el pedigüeño de la esquina).

De cualquier modo, empieza una nueva era para el blog; la era que todos esperábais, la era de los recortes en materia de manteca y azúcar glas: LA ERA DE FUERA EL FLOTADOR.


La báscula que toda mujer querría.


Con esta iniciativa quiero, por encima de todo, reivindicar que es posible comer sano y delicioso. No hace falta limitarse a la lechuga y la verdura hervida. Es cierto que quien quiera caer en radicalismos está en todo su derecho, pero desde luego, no es ése mi propósito. ¿Cómo voy a poder yo limitarme a ingerir semejante comida falta de gracia? ¡Ni hablar! Me muero por la comida, soy con todas las letras, lo que hoy se conoce como foodie y nada ni nadie va a cambiar mis hábitos. Eso sí: nada de alcohol, picoteos, aperitivos o helados espontáneos. Me limitaré a desayunar tostada de pan integral o un huevo cocido y fruta; la comida se hará parca en guarniciones y salsas, ceros meriendas calóricas y cena aún más parca si cabe que la comida.


o gordo e o magro


¿Sabéis eso de...? DESAYUNAR COMO UN REY, COMER COMO UN MARQUÉS Y CENAR COMO UN MENDIGO. Todo en plato pequeño, por supuesto.



Hablando de pocas calorías, mirad que cuencos y platos más originales hace Design Marketo. ¡Me encantan! 

Dicho esto, me dispongo a abordar la receta de hoy.

Por fin haré la famosa receta de la archiconocida Julia Child: Soupe à LÒignon (Sopa de cebolla), eso sí, ésta es una versión Teresa's mood, sin mantequilla, harina, pan ni queso (light). Pero estoy segura de que saldrá respetablemente buena (muy requete buena - impresiones tras haberla probado-).


¡Al ataque!

SOUPE À L'OIGNON

*Ingredientes* (4 pax)

- 7 cebollas amarillas
- 2 cucharadas de sal
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- 1 hoja de laurel
- 1 cucharada de harina (la he obviado)
- 1 litro de caldo de carne (mejor casero, si no, el Aneto está bien)
- 1 vaso de 250 ml de vino blanco
- Aceite
- Mantequilla (la he obviado)
- Rebanada de pan tostado (lo he obviado)
- Queso parmesado en lascas (lo he obviado)
- Chorreón de coñac

*Cómo hacerla*

Para empezar, derritimos la mantequilla (si decides emplearla) y añadimos aceite de oliva hasta formar una balsa en el fondo. Debe tener suficiente cantidad de mantequilla y/o aceite puesto que vamos a pochar bastantes cebollas. De cualquier modo, la cebolla suelta jugo cuando vaya haciéndose.

Cocinamos las cebollas tapadas en una olla durante unos 30 minutos hasta que esté blanda y transparentosa; destapamos y añadimos el azúcar moreno y la sal; removemos bien y dejamos destapada. Dejamos a fuego medio- alto, 50 - 60 minutos hasta que la cebolla se tornen doradas oscuras (marrones). Cuidado con dormirse en los laureles que se puede quemar o pegar en la cacerola. Si tenéis que dejarlo un poco bien, es a ojo de buen cubero: las cebollas tienen que estar marrones; los tiempos dependen mucho de las cantidades, tipo de fuego, hasta de las ollas que se empleen, si cabe.

Pasado el tiempo estimado, bajamos el fuego y añadimos la harina si queremos. Removemos bien hasta que ésta se integre y se tueste.

Retiramos del fuego y añadimos el caldo de carne, el laurel, el vino blanco y la salvia. Calentamos hasta que empiece a hervir y dejamos unos 40 - 50 minutos para que los sabores se fundan. Yo he añadido el vino blanco mientras pochaba las cebollas para que cogieran ese saborcillo, creo que no es muy significativo el cambio.

Vais a alucinar con el olor que invade toda la casa, es riquísimo. Una vez pasado los 40 - 50 minutos, corregimos de sal y añadimos pimienta al gusto.

Se sirve con una tostada en el fondo (hecha en plancha con abundante mantequilla), con el chorreón de coñac (podéis flambear) y se cubre con abundante parmesano.

Como veis, no es muy compleja la receta, pero lleva mucho tiempo. ¡CASI TRES HORAS! Además hay que vigilar constantemente al principio las cebollas, para que no se quemen.

El resultado es un plato súper vistoso y ya veis los ingredientes que lleva: más pobres no pueden ser. Para mí es perfecta entre semana, sin tanto oropel (harina, parmesano, tostada...), pero os podéis marcar un tanto para alguna cena distendida entre amigos. Ya sabéis que las sopas y platos calientes son perfectas para abrir boca y para combatir estos fríos de la muerte.



¡Ah! Mr. P tenía hambre hoy y le he puesto un huevo escalfado en la sopa. ¡Buenísimo!

¡FELIZ COMIENZO DE SEMANA! 

Hasta más ver...

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