5.11.12

Lentejas, las tomas o las dejas.

"Vale, pues las dejo". Ésta era siempre mi respuesta, cuando mi madre me decía la frase que reza el título de hoy. Me sorprende lo mucho que podemos llegar a cambiar a lo largo de los años: de pequeña no soportaba los guisos y las cazuelas; hoy no puedo vivir sin ellos. A decir verdad, hace bastante tiempo que no hago legumbres, quizás porque requiere mucho chuf chuf y vigilancia y prefiero hacer cosas más rápidas. Ayer por la noche decidí que hoy haría lentejas por la mañana.

¿Qué mejor forma de empezar la semana? Con una buena dosis de hierro y vitaminas. El otro día comentaba con la madre de Mr. P que siempre he tenido una espinita con las lentejas: o se me quedan duras o demasiado blandas. No sé que extremo me da más rabia. Espero que esta vez me salgan buenas, desde luego me lo estoy currando. Estoy en el salón, sentada, escuchando las noticias por la radio y de fondo el chuf, pluf, chuf...de mi sofrito lentejil.

La combinación de ruidos que proceden desde la cocina  (radio + chu chuf) me hace plantearme lo paradójico de la vida: el país está patas arriba y nosotros seguimos con el chuf chu de nuestra vida; ahora sacan encuestas de las clases sociales, el incremento del paro en octubre, que si Cataluña, que si las lluvias, que si el Madrid Arena. ¿Qué es lo que pasa Mr. P? "Que no hay dinero" me responde él. Tan simple como eso. El Corte Inglés está con el 40% en muchos artículos, te das un paseo por cualquier zona de Madrid y sólo ves carteles de SE VENDE, SE TRASPASA, SE ALQUILA. Y yo, en mi humilde posición de chica de 25 años, algún idioma y un par de carreras, me pregunto ¿qué puedo hacer? Decían también en la radio, que antes una carrera universitaria te aportaba cierto estatus social; hoy es el punto de partida para la lista del INEM; qué desolador...Pero yo creo que el problema que se cuece en este país fundamentalmente es el amor propio. No nos tenemos respeto ni a nosotros mismos; si tú mismo eres el que fomenta el hecho de pasar al propiertario de tu piso el alquiler por debajo de la puerta cada mes; si tú mismo intentas evadir el pago de impuestos en tus transacciones; si entras por toda la cara en un garaje privado y aparcas en la rampa; si dejas las bolsas de basura varios días en tu puerta (y la de tu vecino); si aparcas un camión en la puerta de un garaje e insultas a una mujer que quiere salir...¿Cómo vamos a controlar o exigir que los políticos lo hagan bien también? Esto que os cuento me ha pasado a mí este fin de semana; no lo he oído, lo he vivido. Tenemos que instar un cambio en la cúpula, pero el cambio tiene que venir desde abajo, empezando por nosotros mismos, la base de la democracia.


Así, después de esta retaila de filosofía me planteo el tomar parte en la acción, en la acción que puedo desarrollar a mi medida: que es levantarme temprano, trabajar, esforzarme, hacerlo lo mejor que sé y sobre todo, convivir y respetar. Eso es lo que falta aquí: educación y principios. Es una vergüenza.




¿Esto no es un blog de cocina? Bueno, ése es su eje fundamental, pero trata de más cosas que me inquietan. No puedo evitar pensar mientras cocino, es un momento relajado para poner en orden la cabeza de cada uno. Es lo mejor que hay.



Sigo trabajando en Teresa pon la mesa; tengo muchas ideas y muuuuchas cosas que hacer. Para empezar, mi amiga C. me dijo que me iba a recomendar un libro sobre la técnica de cocinar. Ya os contaba en otro post que me encantaría conocer por qué al mezclar levadura con harina sale pan y por qué si monto las claras de huevos y azúcar resulta un merengue. Si te gusta la cocina, debe ser precioso conocer el por qué. Además de esto, tengo que hacerme con una buena base de menaje: moldes de todos los tamaños, pesos más exactos, mangas pasteleras, unas buenas sartenes...En fin, me toca ahorrar =) ¡Ah! Y organizarme porque quiero desarrollar actividades que os van a interesar.

bonita imagen, ¿verdad?

Mientras cocino mis lentejas, voy a buscar una receta de Julia Child. No me olvido de la promesa que os hice: cocina un plato de Julia Child con mi nuevo collar de perlas y un outfit a propósito. Pienso subir muchas fotos y grabar un vídeo...

Doodle de Google en homenaje a Julia Child.

¿Habéis visto a Julia Child en sus programas alguna vez? Es muy graciosa. Me siento muy identificada con ella: alta y robusta pero coqueta y un auténtico caos en la cocina...Aún no me he hecho con su famoso libro: Mastering in the art of french cooking. Pero os voy a hacer una receta suya, con atuendo similar, y muy apetecible para estas fechas: sopa de cebolla.

ONIONS


En el próximo post...Hoy: lentejas para las viejas. ¡No os quejaréis! Intento cocinas recetas variadas y saludables; no sólo tartas y pasteles. Es fundamental saber cocinar bien unos buenos primeros platos. Si sabes esto, apenas importa lo que prepares de segundo. Un buen guiso es una estupenda base para poner de segundo una ensalada ligera, unos espárragos o pescado. Recuerdo que mi madre siempre preparaba en casa lentejas y de segundo frituritas de bacalao. Yo hoy voy a poner de segundo un buen filete de pez espada y de postre, un vaso de zumo de naranja. ¿Sabéis que es fundamenta tomar vitamina C después de alimentos ricos en hierro? Por lo visto, ayuda a canalizarlo y a que el organismo lo asimile.

Vamos al lío.

*Ingredientes*

- 1 buen puñado de lentejas pardinas por persona
- 1 cebolla por dos puñados de lentejas
- 1 ajo   "                 "                  "
- zanahoria (opcional) al gusto
- 1 tomate rallado
- 1 pimiento
- laurel
- pimentón
- azafrán (opcional)
- chorizo, morcilla, tocino

Realmente, en las lentejas todo es opcional. Puedes añadir al sofrito lo que se te antoje, que seguro que va a estar bueno. Yo siempre lo hago por lo menos con cebolla, tomate, ajo y pimiento. Luego, en función de lo que tenga en casa le añado zanahorias, patatas o puerros.

Primero, vamos a preparar un buen sofrito: Cortamos cebolla y la sofreimos en una olla honda. Removemos de vez en cuando y la dejamos hasta que vaya perdiendo su color y se torne transparente. Añadimos dos dientes de ajo y dejamos en el fuego.


Cuando estén en su punto añadimos el pimiento, bien cortadito y, posteriormente el tomate rallado. Removemos bien. Como el sofrito habrá cogido contundencia y espesor hemos de tener cuidado no se vaya a pegar; para estar más tranquilos podemos añadir un poco de agua y remover de vez en cuando. Éste es, según mi punto de vista el sofrito básico.

Yo además, le he echado zanahoria hecha taquitos; la he tenido un buen rato en el fuego con agua, hasta que se ha puesto blandita. Cuando esté en su punto, añadimos las hojas de laurel, el azafrán y el pimentón. El pimentón se deja un rato en el fuego, para que se vaya quemando y dé mayor sabor. Es el momento del chuf chuf y de que el olor invada toda la casa. Me parece de las cosas más agradables.

A continuación, añadimos las lentejas, que habremos tenido en remojo desde la noche anterior (estoy haciéndolas por la mañana); en total, unas 8 horas en remojo. Dejamos que se mezclen bien todos los ingredientes y que las lentejas vayan cogiendo el sabor del sofrito. Cuando hayan pasado unos minutos, añadimos agua y cubrimos todos los ingredientes. Lo dejamos a fuego medio, removiendo de vez en cuando. Añadimos sal y un poco más de pimentón si lo consideramos oportuno. En este punto es cuando debemos añadir el chorizo, morcilla o tocino, si lo deseamos. Le hacemos unos cortes a lo largo y así soltará sabor, que le da un toque buenísimo.



En este momento, vamos a decidir cómo queremos las lentejas: si más líquidas, añadimos más agua; más espesas, menos agua. Lógica y sentido común. También hay que tener en cuenta que cuanta más agua echemos, más sal tendrá que tener y viceversa. Tendremos que dejar las lentejas en el fuego hasta que cojan una textura blanda, pero no deshecha; para que os hagáis una idea, que se puedan aplastar bien con la lengua.

¡Creo que esta vez me están saliendo bien! No están nada duras, aunque le queda un ratito todavía y tampoco están deshaciéndose. Me daba muchísima rabia que se salieran de sus vainas. Creo que he cortado la zanahoria en trozos muy grandes, pero estará bien saborearla. Pues ya está, las tenemos en el fuego, hasta que cojan el punto que queremos. ¿Están duras? Más agua y más cocción. ¿Queremos más espesas las lentejas? Menos agua y más tiempo en el fuego. ¡Ojo! En este último caso, remover bien que se pegan y no hay nada más asqueroso.



¡Qué comida más apetecible para estos días fríos! Estoy contenta porque al fin me van a salir en su punto. Creo también que las lentejas es cuestión de hacerlas y hacerlas y equivocarte y volverlas a hacer hasta que les cojas el truqui.



Espero que me haya explicado bien y que tengáis ilusión por hacerlas. Ya sabéis, compartid en el blog o en facebook todo lo que hagáis...Muchas gracias por vuestras visitas y comentarios; la verdad es que me dan mucha fuerza para dedicarle más tiempo y cariño al blog.

Tienen buena pinta, ¿eh? ¡Lo conseguí!


Próximo post...a lo Julia Child...¡Buen provecho!

No hay comentarios:

Publicar un comentario